Quinto Libro de La Galatea: 20

LAUSO Alzo la vista a la más noble parte que puede imaginar el pensamiento, donde miro el valor, admiro el arte que suspende el más alto entendimiento. Mas, si queréis saber quién fue la parte 5 que puso fiero yugo al cuello esento, quién me entregó, quién lleva mis despojos, mis ojos son, Silena, y son tus ojos. Tus ojos son, de cuya luz serena me viene la que al cielo me encamina: 10 luz de cualquiera escuridad ajena, segura muestra de la luz divina. Por ella el fuego, el yugo y la cadena que me consume, carga y desatina, es refrigerio, alivio, es gloria, es palma 15 al alma, y vida que te ha dado el alma. ¡Divinos ojos, bien del alma mía, término y fin de todo mi deseo; ojos que serenáis el turbio día, ojos por quien yo veo si algo veo! 20 En vuestra luz mi pena y mi alegría ha puesto amor; en vos contemplo y leo la dulce, amarga, verdadera historia del cierto infierno, de mi...

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