Quinto Libro de La Galatea: 07

    Porque fuera liviandad entregar mi alma al alma que tiene por gloria y palma el no tener libertad.     Mas, ¡ay!, que fortuna quiere y el amor que viene en ello, que no pueda huir el cuello del cuchillo que me hiere.     Conozco claro que voy tras quien ha de condemnarme, y cuando pienso apartarme, más quedo y más firme estoy.     ¿Qué lazos, qué redes tienen, Silena, tus ojos bellos, que cuanto más huigo dellos, más me enlazan y detienen?     ¡Ay, ojos, de quien recelo que si soy de vos mirado, es por crecerme el cuidado y por menguarme el consuelo!     Ser vuestras vistas fingidas conmigo, es pura verdad, pues pagan mi voluntad con prendas aborrecidas.     ¡Qué recelos, qué temores persiguen mi pensamiento, y qué de contrarios siento en mis secretos amores!     Déjame, aguda memoria; olvídate, no te...

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