Quai d'Orleans

A Margaret Miller Cada barcaza por el río remolca sin esfuerzo una poderosa estela,inmensa hoja de roble de grises destellos sobre un gris más opaco;y detrás de ella flotan hojas verdaderas, descienden hacia el mar. Venas de azogue en las gigantes hojas, ondulaciones avanzanhacia el lado del muelle, se extinguen contra sus murallas,suaves, como a su fin van las estrellas fugaces en algún punto del cielo. Y tropeles de hojas pequeñas, de hojas reales las persiguen a la derivahasta perderse, humildes en el vestíbulo disolvente del mar.De pie, inmovilizados como rocas miramos las hojas y las ondasmientras la luz sostiene con las nerviosas aguas una entrevista. “Si lo que vemos pudiera olvidarnos la mitad de lo que a sí mismo se olvida—quiero decirte— pero no podremos librarnosen toda la vida del fósil de las hojas. Selección de poesía moderna de Elizabeth Bishop El iceberg imaginario - Un milagro para el desayuno - El descreído - Quai d'Orleans...

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