Primer Libro de La Galatea: 01

Mientras que al triste, lamentable acento del mal acorde son del canto mío, en eco amarga de cansado aliento, responde el monte, el prado, el llano, el río, demos al sordo y presuroso viento ::: 5::: las quejas que del pecho ardiente y frío salen a mi pesar, pidiendo en vano ayuda al río, al monte, al prado, al llano. Crece el humor de mis cansados ojos las aguas deste río, y deste prado las variadas flores son abrojos y espinas que en el alma s’han entrado. No escucha el alto monte mis enojos, y el llano de escucharlos se ha cansado; y así, un pequeño alivio al dolor mío no hallo en monte, en llano, en prado, en río. Creí que el fuego que en el alma enciende el niño alado, el lazo con que aprieta, la red sotil con que a los dioses prende y la furia y rigor de su saeta,::: 20::: que así ofendiera como a mí me ofende al subjeto sin par que me subjeta; mas contra un alma que es de mármol hecha, la red no puede, el fuego, el lazo y flecha. Yo sí que al fuego...

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