Prim : 12

Prim Capítulo XII de Benito Pérez Galdós La figura de Prim, que en la mente de muchos tomaba proporciones no comunes, por la firmeza con que seguía contra viento y marea un plan político esencialmente negativo y demoledor, permanecía indecisa, vagamente apreciada por los ojos de la muchedumbre. Perdíase la figura en sombras lejanas. Por un momento salía entre relámpagos que iluminaban una fase de su persona, y a esconderse volvía como fantasma obediente al canto del gallo, o a las campanadas de media noche. No había llegado el tiempo de su desembozada presencia en el mundo; pero los días tediosos, de ansiedad incierta y vagas esperanzas, anunciaban el día luminoso de Prim. No así Castelar, que en aquellos años brillaba con todo su esplendor en el zenit mental de España. Su oratoria opulenta, de lozanía plateresca, exuberante de formas paganas enlazadas graciosamente con formas góticas, enloquecía los cerebros juveniles. En el Ateneo y en la Universidad, aquel...

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