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15/03/2011 483 Palabras

Corregido Este era un joven jurisconsulto de ingenio nada escaso, que seguia desde mucho atrás la pista á la beldad en cuestión, habiendo recibido de ella más de tres sonrisas y de trescientas miradas, lo cual no era poco, dado un carácter semejante. Pero la firma del pobre abogado no se cotizaba en el bolsin, y el padre de su ídolo, que sabia esto... y lo otro tambien, no sosegaba un punto. Juzgúese del placer con que oiria las proposiciones del nuevo pretendiente. En cuanto á la pretendida, no mostró hacia ellas la menor repugnancia; y se explica, aunque parezca que nó: era el candidato indiano rico, y los noviós de esta madera siempre fuéron aqui de moda; y yendo á la moda una mujer va muy á gusto, aunque lleve á cuestas un borrego. Casado D. Apolinar, alquiló tres partes de una casa próxima al muelle: el piso principal, el entresuelo y el almacén: el primero para habitación, el segundo para escritorio, y el tercero para depósito de mercancías. El...

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