¡Oh sol entre las aguas!

Tan lejos como la memoria adereza los múltiples semblantes del olvido; Tan lejos como esta presencia femenina me embrujará en la eternidad de su amor; En la neblina de todo abismo, En el aéreo esplendor de las rosas que dilatan mi gesto y mis dominios. Como un soplo, como los vientos en el ávido centro de la llama, Ella era el movimiento y la fuerza de mi vida, Inefable amor en su delicia plenaria de mil ternuras y mil violencias de tinieblas y de lluvia. Ahora he franqueado las tres etapas de la noche; Pero mi pasión devoradora vuela derecha en mi espíritu, Vuela ardiente como un ruido de llamas en las soledades de la noche. ¡Labios, vuestros labios, en el más dulce de los conocimientos Id más acelerados que las alas nocturnas del deseo. Os sigo en este río de blancura, en el himno y en el impulso de mi garganta desolada. Palabra que te adormeces y demoras en los dédalos de mi oído, Palabra, aguza este grito de gracia dentro de mi, ayuda, al fin a mi alma a erguirse en...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información