Odisea: Canto XVIII

Odisea - Canto XVIII: Los pretendientes vejan a Odiseo. de Homero 1 Llegó entonces un mendigo que andaba por todo el pueblo; el cual pedía limosna en la ciudad de Itaca, se señalaba por su vientre glotón -por comer y beber incesantemente- y hallábase falto de fuerza y de vigor, aunque tenía gran presencia. Arneo era su nombre, el que al nacer le puso su veneranda madre; pero llamábanle Iro todos los jóvenes, porque hacía los mandados que se le ordenaban. Intentó el tal sujeto, cuando llegó, echar a Odiseo de su propia casa e insultóle con estas aladas palabras: 10 —Retírate del umbral, oh viejo, para que no hayas de verte muy pronto asido de un pie y arrastrado afuera. No adviertes que todos me guiñan el ojo, instigándome a que te arrastre, y no lo hago porque me da vergüenza? Mas, ea, álzate, si no quieres que en la disputa lleguemos a las manos". 14 Mirándole con torva faz, le respondió el ingenioso Odiseo: 15 —¡Infeliz! Ningún daño te causo, ni de...

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