O'Donnell : 31

O'Donnell Capítulo XXXI de Benito Pérez Galdós Se acostó Teresa, y desvelada estuvo gran parte de la noche, sintiendo la voz de Tarfe en la puerta y las mentiras con que Felisa por centésima vez le despachaba. Engañó el insomnio, pesando y midiendo los términos candentes de la resolución que había de tomar el día próximo. Se llaman candentes estos términos, porque le quemaban el cerebro cuando alternativamente o los dos juntos entraban en él. Grave era esto, grave lo otro... tan difícil el sí como el no, y el ser no menos escabroso que el no ser... Levantose temprano, después de un corto sueño; se arregló y vistió; cuando tomaba su chocolate, cayó en la cuenta de que su portamonedas estaba flaquísimo. Sólo le quedaban dos napoleones y alguna peseta del dinero que le dejó Facundo. Afortunadamente, tenía innumerables objetos de valor que vender o empeñar... Apartada un momento del estado económico, voló a más alta esfera, y de esta descendió, para...

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