Nunca

—¿Otra vez perdieron? —preguntó la Beba, fingiendo candor, mientras iba sacando del platón las tórtolas más suculentas y las iba cubriendo con salsa de guayaba. El Nene no contestó. Cabizbajo, dejó pasar el arroz al anís, las setas ahumadas, los chícharos en crema agria, pero no el agua de betabel, porque el partido, como de costumbre, lo había dejado con sed. —Déjalo en paz —murmuró la tía Martucha, sin alzar la mirada del plato, que había quedado vacío. —¿Quieres un poco más? —le ofreció una de las primas memoriosas, pero no llegó a tenderle la fuente porque la tía parecía concentrada en alguna otra cosa. En la cabecera, Martín sacudió la cabellera rubia, con aire de consternación. —¿Qué dijo el doctor? —susurró alguien. —Tres a cero —se quejó el Nene, mientras se frotaba una rodilla inflamada. —¿Vamos a ir al cine? —dijo Fermín, tímido, seguro de conocer la respuesta, y torció la carita con un puchero resignado. —No...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información