Noche de bodas - III

Noche de bodas de Vicente Blasco Ibáñez El dia en que se casó Toneta fué de los peores para el nuevo adjunto de la parroquia de Benimaclet. Cuando la ceremonia hubo terminado, don Vicente despojóse en la sacristia de sus sagradas vestiduras, pálido y trémulo como si le aquejase oculta dolencia. El sacristán, ayudándole, hablaba del insufrible calor. Estaban en julio, soplaba el poniente, la vega se mustiaba bajo aquel soplo interminable y ardoroso que antes de perderse en el mar habia pasado por las tostadas llanuras de Castilla y la Mancha, y con su ambiente de hoguera agrietaba la piel y excitaba los nervios. Pero bien sabia el nuevo cura que no era el poniente lo que le trastornaba. Buenas estarian tales delicadezas en él, acostumbrado a todas las fatigas del campo. Lo que sentia era arrepentimiento de haber accedido a celebrar la boda de Toneta. ¡Cuán poco se conocia! Ahora iba comprendiendo lo que se ocultaba tras el afecto fraternal nacido en la niñez. El...

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