Nazarín : 7

NazarínSegunda Parte Capítulo II de Benito Pérez Galdós Segunda Parte II A la madrugada se puso tan mala la pobre, que Nazario (pues no siempre hemos de llamarle Nazarín, familiarmente) no sabía qué hacerle ni qué medidas tomar para salir con ventura de aquel grave conflicto en que su cacareada y popular bondad en mal hora le puso. La tal Ándara (a quien llamaban así por contracción de Ana de Ara) cayó en extenuación alarmante, con frecuentes colapsos y delirio. Para colmo de desdicha, aunque el buen cura comprendió que todo el mal provenía de extenuación, motivada por la pérdida de tanta sangre, no podía ponerle inmediato remedio por no tener en su casa más vituallas que un poco de pan, un pedazo de queso de Villalón, y como una docena de nueces, sustancias impropias para un enfermo traumático. Pero pues no había otra cosa, forzoso fue apencar con el pan y las nueces hasta que viniera el día y pudiese Nazarín procurarse mejor alimento. Hubiérale dado...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información