Narváez : 7

Narváez Capítulo VII de Benito Pérez Galdós Es Salado un trucha de primera, si falto de autoridad y luces para el gobierno de la ínsula concejil, sobrado de marrulleras habilidades para los enredos de campanario y los empeños de su egoísmo. Servicial y deferente con los poderosos y con todo el que ayudarle pueda en su privanza política, guarda sus rigores de ley y sus asperezas de carácter para los humildes sometidos a su vara, por una punta más dura que roble, blanda por otra como junco. Nada teme de los de abajo, infeliz rebaño de hombres sencillos, más embrutecidos por la miseria que por la ignorancia, los cuales bajo el falso colorín de una Constitución que proclama y ordena franquicias mentirosas, gimen en efectiva esclavitud. Nada teme tampoco de los de arriba, con tal que en la votada saque el candidato que se le designó, y se constituya después en agente o truchimán del diputado, del jefe político y del ministro, cualesquiera que sean los caprichos...

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