Narváez : 19

Narváez Capítulo XIX de Benito Pérez Galdós Recorriendo la Castellana, cuando ya la tarde caía, deploraba yo que la presencia de la beldad vetusta me privase de hablar con Eufrasia libremente. Perdóneme mi cara esposa; yo me sentía de improviso arrastrado fuera de la existencia regular, al influjo de aquella mujer, que si fue mi tentadora en tiempos libres, cuando con piadosa mano hacia las pacíficas venturas materiales me guiaba, ahora, por diverso estilo, me trastorna y enciende con los atrevimientos de su voluntad sin freno. Lo único de que yo hablarle podía delante de la señora mayor, era la conspiración de ópera cómica en que ponía todos los donaires y sutilezas de su entendimiento, y sobre ello le pedí más explicaciones, que sólo a medias quiso darme. «Conténtese usted, por ahora, con lo que le dije... y es que por el momento hay tregua... ¡Pues no faltaría más sino que yo le revelara a un enemigo nuestros planes! Bastante haré, el día en que se...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información