Memorias de un cortesano de 1815 : 9

Memorias de un cortesano de 1815 : 9 de Benito Pérez Galdós A casa de las de Porreño iba yo a menudo, y constantemente desde que se apareció en aquellos tristes salones cierta condesa de Rumblar, acompañada de un lindo femenil pimpollo, nombrado Presentacioncita, la cual era un conjunto de gracias, seducciones y monerías de imposible descripción. Tenía tal garabato para burlarse de Ostolaza y de mí, elogiándonos en apariencia, que ni él ni yo sabíamos enfadarnos para salvar la dignidad. Nos zahería muy sandungueramente , y por mi parte me moría de gusto. La luz chispeante de sus ojitos negros como la noche, deslumbraba los míos, y se me entraba y esparcía por todo el cuerpo, escarbándome el corazón. Cuando reía, figurábasele a uno tener delante un coro de angelitos insolentes jugueteando de nube en nube; cuando se ponía seria, era preciso estar en guardia, porque de fijo estaba...

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