Memorias de un cortesano de 1815 : 7

Memorias de un cortesano de 1815 : 7 de Benito Pérez Galdós Con estas y otras artimañas iba yo viento en popa como diría el infante. Era tan considerable el número de mis amigos, que no acertaba a contarlos. Seguía en buenas relaciones con mi antiguo protector D. Buenaventura, pero ni este se atrevía a ocuparme en viles menesteres, ni yo lo habría consentido. Despachábamos juntos y mano a mano algunos asuntos delicados, tocantes al Real Consejo, porque ha de saberse que el D. Ventura, desde que cuajara el despotismo y se restableciera el régimen antiguo, alcanzó la plaza de camarista, por la cual tenía antojos el pobrecito señor desde su mocedad, o casi desde el vientre materno. ¡Oh! ¡Ningún arrimo se puede comparar al arrimo del Real Consejo y Cámara! Daba gana de dormir en aquellos sillones, bajo aquellos techos eminentes, en medio de aquella paz, de aquel reposo, de aquella estabilidad...

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