Memorias de un cortesano de 1815 : 16

Memorias de un cortesano de 1815 : 16 de Benito Pérez Galdós Detente pluma... El otro alzaba del suelo a la pobre Presentacioncita, que al perder el equilibrio, y dar con su cuerpo en tierra, perdió también el conocimiento. Nos acercamos y el duque me miró con fijeza y malicia poniendo sobre los labios su dedo índice. -¡Jesús... se ha desmayado! -balbució doña Salomé, examinando a su amiga que aún estaba en brazos del otro. -Esto no será nada, señora... -exclamó el desconocido-. Señorita... -El susto ha sido tan grande... -dije yo- y gracias a que no se atrevieron a seguirnos. ¡Pobres señoras, si hubieran venido solas! -¿A dónde llevamos esto? -preguntó el compañero del duque, dando algunos pasos con la desmayada en brazos, tan sin trabajo cual si fuese una pluma. Pareció perplejo el duque, y como no acertara a indicar una resolución conveniente, el compañero...

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