Luchana : 10
Luchana : 10 de Benito Pérez Galdós -¡Al demonio tú y D. Beltrán! Me has asustado. Creí que se trataba de otra persona. ¡Si yo no conozco a ese viejo, ni le he visto en mi vida! -Pues ahora tendrá por fuerza que verle y que tratarle, porque es parroquiano antiquísimo de este mesón, y en él para desde el siglo pasado, siempre que va y viene. Como el único cuarto decente es este, él tiene costumbre de ocuparlo: el mesonero le ha dicho que se acomode aquí con el señor, que también es persona de la Grandeza de España. -No quiero -dijo Calpena, a quien molestaba en aquella ocasión hacer conocimientos-. Me iré a un pajar, y que venga ese D. Beltrán o D. Cuerno a ocupar su aposento. Y cuando se levantaba, decidido a escabullirse antes que el nuevo huésped llegara, ábrese la desvencijada puerta y penetra un simpático y noble anciano, de buena estatura, algo rendido al peso de la...
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