Los tres mosqueteros: Capítulo XXX

Los tres mosqueterosMilady de Alejandro Dumas (padre) D'Artagnan había seguido a Milady sin ser notado por ella; la vio subir a su carroza y la oyó dar a su cochero la orden de ir a Saint-Germain. Era inútil tratar de seguir a pie un coche llevado al trote por dos vigorosos caballos. D'Artagnan volvió, por tanto, a la calle Férou. En la calle de Seine encontró a Planchet que se hallaba parado ante la tienda de un pastelero y que parecía extasiado ante un brioche de la forma más apetecible. Le dio orden de ir a ensillar dos caballos a las cuadras del señor de Tréville, uno para él, D'Artagnan, y otro para Planchet, y venir a reunírsele a casa de Athos, porque el señor de Tréville había puesto sus cuadras de una vez por todas al servicio de D'Artagnan. Planchet se encaminó hacia la calle del Colombier y D'Artagnan hacia la calle Férou. Athos estaba en su casa vaciando tristemente una de las botellas de aquel famoso vino español que había traído de su viaje a...

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