Los tres mosqueteros: Capítulo XVI

Los tres mosqueterosDonde el señor guardasellos Séguier buscó más de una vez la campana para tocarla como lo hacía antaño de Alejandro Dumas (padre) Es imposible hacerse una idea de la impresión que estas pocas palabras produjeron en Luis XIII. Enrojeció y palideció sucesivamente; y el cardenal vio en seguida que acababa de conquistar de un solo golpe todo el terreno que había perdido. -¡El señor de Buckingham en Paris! - exclamó - ¿Y qué viene a hacer? -Sin duda, a conspirar con vuestros enemigos los hugonotes y los españoles. -¡No, pardiez, no! ¡A conspirar contra mi honor con la señora de Chevreuse, la señora de Longueville y los Condé! -¡Oh sire, qué idea! La reina es demasiado prudente y, sobre todo, ama demasiado a Vuestra Majestad. -La mujer es débil, señor cardenal - dijo el rey ; y en cuanto a amarme mucho, tengo hecha mi opinión sobre ese amor. -No por ello dejo de mantener - dijo el cardenal - que el duque de Buckingham ha venido a Paris...

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