Los tres mosqueteros: Capítulo XLVI

Los tres mosqueterosEl bastión Saint Gervais de Alejandro Dumas (padre) Al llegar donde sus tres amigos, D'Artagnan los encontró reunidos en la misma habitación: Athos reflexionaba, Porthos rizaba su mostacho, Aramis decía sus oraciones en un encantador librito de horas encuadernado en terciopelo azul. -¡Diantre, señores! - dijo-. Espero que lo que tengáis que decirme valga la pena; en caso contrario os prevengo que no os perdonaré haberme hecho venir en lugar de dejarme descansar después de una noche pasada conquistando y desmantelando un bastión. ¡Ah, y que no estuvierais allí, señores! ¡Hizo buen calor! -¡Estábamos en otro lado donde tampoco hacía frío! - respondió Porthos haciendo adoptar a su mostacho un rizo que le era particular. -¡Chis! - dijo Athos. -¡Vaya! - dijo D'Artagnan comprendiendo el ligero fruncimiento de ceño del mosquetero-. Parece que hay novedades por aquí. -Aramis - dijo Athos-, creo que anteayer fuisteis a almorzar al albergue del...

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