Los tres mosqueteros: Capítulo XL

Los tres mosqueterosEl cardenal de Alejandro Dumas (padre) El cardenal apoyó su codo sobre su manuscrito, su mejilla sobre su mano, y miró un instante al joven. Nadie tenía el ojo más profundamente escrutador que el cardenal, y D'Artagnan sintió aquella mirada correr por sus venas como una fiebre. Sin embargo puso buena cara, teniendo su sombrero en sus manos y esperando el capricho de Su Eminencia, sin demasiado orgullo, pero también sin demasiada humildad. -Señor - le dijo el cardenal-, ¿sois vos un D'Artagnan del Béarn? -Sí, monseñor - respondió el joven. -Hay muchas ramas de D'Artagnan en Tarbes y en los alrededores - dijo el cardenal ; ¿a cuál pertenecéis vos? -Soy hijo del que hizo las guerras de religión con el gran rey Enrique, padre de Su Graciosa Majestad. -Eso está bien. ¿Sois vos quien salisteis hace siete a ocho meses más o menos de vuestra región para venir a buscar fortuna a la capital? -Sí, monseñor. -Vinisteis por Meung, donde os ha...

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