Los Pazos de Ulloa: 14

- Capítulo XIV - 14 Pág. 14 de 30 Los Pazos de Ulloa Emilia Pardo Bazán Así que pudieron conferenciar reservadamente capellán y señorito, preguntó don Pedro, sin mirar cara a cara a Julián: -¿Y... ésa? ¿Está todavía por aquí? No la he visto cuando entramos. Como Julián arrugase el entrecejo, añadió: -Está, está... Apostaría yo cien pesos, antes de llegar, a que usted no había encontrado modo de sacudírsela de encima. -Señorito, la verdad... -articuló Julián bastante disgustado-. Yo no sé qué decir... Ha sido una cosa que se ha ido enredando... Primitivo me juró y perjuró que la muchacha se iba a casar con el gaitero de Naya... -Ya sé quién es -dijo entre dientes don Pedro, cuyo rostro se anubló. -Pues yo... como era bastante natural, lo creí. Además tuve ocasión de persuadirme de que, en efecto, el gaitero y Sabel... tienen... trato. -¿Ha averiguado usted todo eso? -interrogó el marqués con ironía. -Señor, yo... Aunque no sirvo...

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