Los Miserables: III.3.3

Los MiserablesTercera parte: "Marius"Libro tercero: "El abuelo y el nieto"Capítulo III: Cuán útil es ir a misa para hacerse revolucionario de Víctor Hugo Marius había conservado los hábitos religiosos de la infancia. Un domingo que fue a misa a San Sulpicio, a la misma capilla de la Virgen a que lo llevaba su tía cuando era pequeño, estaba distraído y más pensativo que de ordinario y se arrodilló, sin advertirlo, sobre una silla de terciopelo en cuyo respaldo estaba escrito este nombre: "Señor Mabeuf, administrador". Apenas empezó la misa, se presentó un anciano y le dijo: - Caballero, ése es mi sitio. Marius se apartó en seguida, y el viejo ocupó su silla. Cuando acabó la misa, Marius permaneció meditabundo a algunos pasos de distancia; el viejo se acercó otra vez y le dijo: - 0s pido perdón de haberos molestado antes y molestaros otra vez en este momento, pero tal vez me habréis creído impertinente y debo daros una explicación. - No hay necesidad,...

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