Los Ayacuchos : 35

Los Ayacuchos Capítulo XXXV de Benito Pérez Galdós Fluctuando entre risueñas ilusiones y angustiosos recelos, iba D. Santiago por el camino real que, bordeando la derecha margen del Ebro, enlaza la metrópoli de Aragón con la Ribera de Navarra y con la feraz Rioja. En la Venta de Pepe, a dos leguas de Alagón, donde la partida hizo alto para el necesario repuesto de piensos y comidas, la locuacidad del señor Coronel revelaba una grande expansión de su espíritu. Entre las peregrinas cosas que dijo a su compañero de caballería, la siguiente fue del orden más utilitario: «A ti y a mí se nos ha olvidado un detallito muy importante. Muy lejos ya de las austeridades de Papiol, paréceme que eso del voto de pobreza no reza conmigo. Dígolo, mi querido Fernando, porque ya no tengo idea de lo que es un duro, ni un real, ni un maravedí. Creo que debes completar tu obra de regeneración prestándome algún dinero, para que yo no vaya por estos caminos como un pelagatos de...

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