Las últimas etapas

Las últimas etapas de Evaristo Carriego Ya puestos en camino, la fuerza propulsara de la marcha nos impele a seguir, con la serena actitud, sin desmayos, de la causa sustentadora de un ideal glorioso, que luce sus ensueños de esperanza como flámulas rojas que flotasen en jirones de carnes torturadas. Nos impele a seguir. Siempre la brega deja un poco de fiebre sobre el alma, en la frente un fulgor, y en la pupila la radiante visión de las etapas; etapas de dolor, hechas teorías de credos inefables, de parábolas de lengua incomprendida que pasasen en la locomoción de las audacias, ¡como una blanca tropa de lirismos por inmortales rutas incendiadas! Preciso es continuar. Todas las dudas que agobian la cabeza con su carga, son grilletes fatales del cerebro y su sitio mejor está en la espalda. Arrojémoslas, pues. En el avance hay un cóndor audaz que no se arrastra: cóndor es la pasión, jamás sujeta, de las vidas enfermas de ser sanas....

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