Las tormentas del 48: 8

Las tormentas del 48 Capítulo VIII de Benito Pérez Galdós 6 de Febrero.- Debo consagrar una de estas hojas, o un par de ellas, a las reuniones que da cada martes y cada viernes mi cuñada Sofía, bajo un régimen de confianza que excluye toda etiqueta enfadosa, y que tiene por norma: amenidad, buen gusto y versificación. Suelen concurrir los compañeros de oficina de mi hermano, con señora y niñas el que las tiene. De hombres importantes no he visto a ninguno de los que hoy dan que hacer a la fama. Ni Pastor Díaz, ni Donoso, ni González Brabo, han pisado hasta hoy aquellos salones. De literatos he visto a Rubí, sólo una noche, y varias a Navarrete, a Larrañaga, Antonio Flores, Ariza y el gracioso Villergas. Con arte y rigores de corsé consigue Sofía meter en cintura su deslavazado cuerpo y tener a raya las exuberancias que por las mañanas hemos visto salidas de madre. Esto, y el esmerado lavatorio de sus manos y pescuezo, y la compostura de la carátula, con algún...

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