Las tormentas del 48: 20

Las tormentas del 48 Capítulo XX de Benito Pérez Galdós 2 de Mayo.- No he querido que pase el día de hoy sin comunicar a mi hermana mi decidida protesta contra sus planes de matrimonio. Pero como, si le manifiesto de palabra mi negativa, es fácil que su carácter despótico caiga con abrumadora grandeza sobre mi pobre voluntad y acabe por aplastarla, he preferido escribirle. Al convento mandé esta tarde mi carta, en la cual vengo a decir con corteses y limpias expresiones, que no aceptaré la mano de la niña de Emparán aunque me den con ella todas las riquezas que el mundo atesora. Se casa uno con una mujer, a la cual no estorban sus talegas si está de buenas y bellas cualidades adornada; pero no se casa nadie con un capital personificado en una criatura que carece hasta de los atractivos más elementales. Esto sería venderse, no casarse... En fin, bien hilada va la epístola, y no sé por qué lógicos vericuetos echará para contestarla Sor Catalina de los benditos...

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