Las tormentas del 48: 2

Las tormentas del 48 Capítulo II de Benito Pérez Galdós Molina de Aragón, 27 de Octubre.- Vedme aquí alojado y asistido a cuerpo de rey, en casa de unos primos de mi padre, los Ximénez de Corduente, labradores ricos, hechos a la vida oscura y fácil de estos tristes pueblos, con las orejas enteramente insensibles a todo mundanal ruido. Para obsequiarme a sus anchas, hácenme comer cinco veces más de lo que soporta mi estomago, y como no valen protestas ni excusas contra tan desmedido agasajo, me resigno a reventar una de estas noches. Adiós Memorias, adiós Confesiones mías: ya no podré continuaros: mi fin se acerca. Muero de la enfermedad contraria al hambre... Luego, estos azarantes primos de mis pecados, curioseando de continuo en derredor de mí, me privan del sosiego necesario para escribir. Pongo punto... Quédese para mejor ocasión, si escapo con vida de estos atracones. Anguita, 29.- Aquí paso la noche, y en la soledad de mi alojamiento angosto y frío, me...

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