Las tormentas del 48: 15

Las tormentas del 48 Capítulo XV de Benito Pérez Galdós 1º de Abril.- Las confesiones de hoy son un poco amargas; pero allá van para que todo, conducta y conciencia, quede guardado en el archivo de estas hojas. Cierto que mi ascenso a doce mil es un felicísimo suceso que cualquiera, en caso normal, estimaría como don extraordinario de la Providencia, o premio gordo de Lotería. Pero en mi caso, por distintos conceptos irregulares, ni los doce mil, ni el doble, si doble fuera mi estipendio, me bastan para la vida que me doy y el pie de disipación en que me he puesto. Ya se habrán maravillado los que leyeron las anteriores páginas de cómo logro sostenerme en una sociedad tan superior a mis escasos medios. Pero hasta hoy, lo digo sinceramente, no he caído en la cuenta de que voy andando a ciegas por los caminos más arduos de la vida; y lo peor es que no puedo retroceder, ni me siento con el suficiente brío de voluntad para detenerme, porque me atraen metas muy...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información