Las mil y una noches:502

23/10/2009 998 Palabras

Las mil y una noches - Tomo IV Y cuando llegó la 503ª noche de Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 503ª NOCHE Ella dijo: "... se quedó en el límite de la estupefacción al notar que el zib del mozo aquél, tan metido en carnes apenas alcanzaba el volumen de una avellana. Y al ver aquello, se puso a lamentarse con toda su alma y a golpearse las manos una contra otra, dejando bruscamente de darle masaje. Cuando el joven vió al masajista presa de semejante pena y con el rostro demudado por la desesperación, le dijo: "¿Qué te sucede, ¡oh masajista! para lamentarte así con toda tu alma y golpearte las manos una contra otra?" El masajista contestó: "¡Ay mi señor! ¡mi desesperación y mis lamentaciones son por ti! ¡Porque veo que te aflige la mayor desgracia que le puede ocurrir a un hombre! Eres joven, rollizo y hermoso, y posees cuantas perfecciones de cuerpo y de rostro y cuantos beneficios dispensa el Retribuidor a sus elegidos. ¡Pero precisamente careces del instrumento...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información