Las mil y una noches:0963

23/10/2009 1.753 Palabras

Las mil y una noches - Tomo VI pero cuando llegó la 966ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGÓ LA 966ª NOCHE Ella dijo: "... He aquí que ahora te ves reducido a errar por los caminos, en vez de deleitarte en los brazos de tu mantecosa esposa, cuyas caricias te habían hecho olvidar a la calamitosa Boñiga caliente de El Cairo". Y pensando en su último amor, que les tenía a él y a ella quemado el corazón por la separación, empezó a condolerse de su propio estado y llorar cálidas lágrimas, recitándose desesperados versos de ausencia. Y gimiendo de tal suerte y exhalando su dolor de amante en tiradas de versos apropiados a su situación, llegó, después de salir el sol, a las cercanías de un pueblecito. Y vió en un campo a un felah que labraba con un arado de dos bueyes. Y como, en su precipitación por huir del palacio y de la ciudad, se había olvidado de llevar provisiones de boca para el viaje, le torturaban el hambre y la sed; y se acercó a aquel felah, y...

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