Las dos glorias

Las dos glorias de Pedro Antonio de Alarcón Un día que el célebre pintor flamenco Pedro Pablo Rubens andaba recorriendo los templos de Madrid acompañado de sus afamados discípulos, penetró en la iglesia de un humilde convento, cuyo nombre no designa la tradición. Poco o nada encontró que admirar el ilustre artista en aquel pobre y desmantelado templo, y ya se marchaba renegando, como solía, del mal gusto de los frailes de Castilla la Nueva, cuando reparó en cierto cuadro medio oculto en las sombras de feísima capilla; acercóse a él, y lanzó una exclamación de asombro. Sus discípulos le rodearon al momento, preguntándole: - ¿Qué habéis encontrado, maestro? - ¡Mirad! -dijo Rubens señalando, por toda contestación, al lienzo que tenía delante. Los jóvenes quedaron tan maravillados como el autor del "Descendimiento". Representaba aquel cuadro la "Muerte de un religioso". Era éste muy joven, y de una belleza que ni la penitencia ni la agonía habían podido...

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