Las armonías

Las armonías de Juan Arolas Los pinos son las arpas del desierto que, entregando a los euros su ramaje, dan a la soledad largo concierto con un eco monótono y salvaje.    Que allí donde sin flores se ostentaba naturaleza triste, inculta, fiera, de ese arrullo feroz necesitaba para que entre peñascos se durmiera.   Y a la voz general de todo el mundo que alaba al Hacedor con sus cantares debía responder eco profundo de pinos y de abetos seculares.    Del mar que cruza el hombre en su osadía escuchemos la voz atronadora; ¿conocéis de las olas la armonía? ¿Ruge el mar o suspira? ¿canta o llora?   Esa tremenda voz es la primera que dio cuando el gran Ser lo refrenara, y una valla de arena le pusiera, que, sin poder salvarla, la besara.   Suspira, pues, besando las arenas, como esclavo infeliz de sangre hirviente que mira con tristura sus cadenas teniendo un corazón libre y valiente.   Y una vez las rompió: fue cuando el...

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