Lágrimas: 30

Capítulo XXIX 30 Pág. 30 de 31 Lágrimas Fernán Caballero OCTUBRE, 1848. Mientras D. Roque hacía su viaje, y llevaba adelante sus planes, con poco éxito como hemos visto; mientras Reina y Genaro se entregaban a su pasión, ella ciega con las dos cegueras de la confianza y de la obstinación, él alerta y exigente como la desconfianza; mientras la Marquesa cansada y abatida por sus agitaciones, buscaba tranquilidad sacrificando sus intereses materiales y sus planes de engrandecimiento y lustre de familia al bienestar y deseos de su hija, Lágrimas sola, padeciendo, sin comunicación con las personas que amaba, puesto que Reina no había contestado a la larga carta que a ratos le había ido escribiendo, decaía por días; mas nunca se quejaba y siempre se la hallaba suave y callada como la flor que se aja, inclina su cabeza y muere, regada por las amargas aguas de la mar, sin perder su fragancia. Entretanto sus padres se esforzaban en vano en convencer a Tiburcio...

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