La vuelta al mundo en la Numancia : 11

La vuelta al mundo en la Numancia Capítulo XI de Benito Pérez Galdós No entraba fácilmente en el ánimo del celtíbero la explicación casuística que de su conducta daba el pobre Binondo. No era mala filosofía la de casar a las hijas a gusto de ellas antes que se murieran de desconsuelo de matrimonio; pero este humanitario principio debía cada cual aplicarlo a su familia, no a las ajenas. Estas y otras objeciones a las ideas de Binondo se le ocurrían; pero viendo mojado de lágrimas el rostro chato y verde, se encerró en un buen callar: era impertinente ponerse a discutir con un moribundo, y turbar su conciencia con acusaciones y distingos. Quedárase cada cual con su tema, y Dios juzgaría con suprema equidad. Apagando más su voz, Binondo le dijo: «Vuelve por aquí cuando estés franco, y te lo explicaré mejor... Me darás la razón, Diego, cuando te cuente el paso... y sepas estos y aquellos pormenores». Prometiéndole volver, Ansúrez se despidió muy afectuoso....

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