La visita de los chistes

La visita de los chistes de Francisco de Quevedo A DOÑA MIRENA RIQUEZA. Harto es que me haya quedado algún discurso después que veo a v.m. , y creo que me dejó este por ser de la muerte. No se lo dedico porque me lo ampare; llévosele yo, porque el mayor designio desinteresado es el mío, para la enmienda de lo que puede estar escrito con algún desaliño o imaginado con poca felicidad. No me atrevo yo a encarecer la invención por no acreditarme de invencionero. Procurado he pulir el estilo y sazonar la pluma con curiosidad. Ni entre la risa me he olvidado de la dotrina. Si me han aprovechado el estilo y la diligencia he remitido a la censura que v. m. hiciera dél si llega a merecer que le mire, y podré yo decir entonces que soy dichoso por sueños. Guarde Dios a v. m. , que lo mismo hiciera yo. En la prisión y en la Torre, a 6 de abril 1622. A QUIEN LEYERE. He querido que la muerte acabe mis discursos como las demás cosas; querrá Dios que tenga buena suerte. Este es...

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