La vieja del cinema: 3

La vieja del cinema de Vicente Blasco Ibáñez Capítulo III La vieja, después de apoyar un dedo en el timbre de la verja, examinó su vestido de seda negra. Databa de los tiempos de su pobre hija. Ella misma lo había cortado é hilvanado; pero de la primera hechura quedaba muy poco, después de los retoques que se habían sucedido durante su larga existencia. Reconoció que no estaba del todo mal. Algo pasado de moda; pero el género bueno siempre es apreciado por las personas inteligentes, y ahora ya no se fabrican sedas como las de antes. La cabeza la llevaba desnuda. Sentíase orgullosa de su pelo blanco, duro y abundante. Admiró al otro lado de la verja el pequeño hotel rodeado de árboles. ¡Lo que una mujer puede ganar con sus pies!... Pero la proximidad de una jovenzuela con delantal y gorro blancos no le permitió continuar su examen. Esta doméstica elegante avanzaba atraída por el llamamiento del timbre. A la vieja le fué antipática por sus ademanes varoniles,...

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