La última broma de Schopenhauer

La última broma de Schopenhauer de Mauricio Bacarisse   A Schopenhauer, el huraño,  le hizo un epitafio barroco  en un cuento mordaz y extraño  Maupassant, aprendiz de loco.   Había muerto el profesor  avinagrado y pesimista;  guardaba su tez el livor  de unos reflejos amatista;   y en aquella cámara ardiente  lloraban por el corifeo  los discípulos del ingente  filósofo bilioso y feo.   Desvanecíase en sahumerio  de los espliegos la fragancia;  flotaba inquietante misterio  en el ambiente de la estancia.   Un joven a otro probaba  que de la vida el lapso es nimio.  ¡Ya para siempre descansaba  Schopenhauer, cara de simio!   Mas el concurso estremeciose  con gran pavor, y no era en balde:  una sonrisa percibiose  en el difunto rostro jalde. ...

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