La tierra de todos : 9
La tierra de todos
de
Vicente Blasco Ibáñez
IX
El famoso Manos Duras vivía al borde de la altiplanicie, del lado de
la Pampa, viendo enfrente el límite de la Patagonia, y á sus pies la
amplia y tortuosa cortadura del río y un extremo de la estancia de
Rojas.
Su casa, hecha de adobes, tenía alrededor otras construcciones aún más
míseras y unos corrales de viejos maderos hincados en el suelo, que
sólo de tarde en tarde guardaban algún animal.
Todos en el país conocían la situación del llamado «rancho de Manos
Duras»; pero pocos iban á él, por ser lugar de mala fama. Algunas
veces, los que pasaban con cierta inquietud por sus inmediaciones sólo
conseguían tranquilizarse al notar su soledad. No ladraban ni salían
al camino los perros de hirsuto pelaje, ojos sangrientos y agudos
colmillos acompañantes del gaucho. Tampoco se veían sus caballos
pastando la hierba rala de los alrededores.
Manos Duras se había ido. Tal vez merodeaba por las orillas del...
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