La sublevación de Martínez: 2

La sublevación de Martínez de Vicente Blasco Ibáñez Capítulo II Cuando el capataz Doroteo dejó de trabajar para irse con los revolucionarios, Guadalupe no dudó un momento en seguirle. Un mejicano debe ir á todas partes con su mujer, hasta á la guerra. Lo mismo los defensores del gobierno que los revolucionarios, llevaban con ellos á sus mujeres, apodadas «soldaderas», que eran las que remediaban la ausencia de administración militar, cuidando cada una del alimento de su hombre. Durante las marchas iban á vanguardia, rodeadas de enjambres de niños y con las ropas de la familia formando un lío sobre su cabeza. Lo robaban todo, arrasaban los campos, como una nube de langosta, y cuando las tropas hacían alto, encontraban ya la hoguera ardiendo y la comida en su punto. Los primeros contactos entre ambos bandos los realizaban casi siempre las dos vanguardias de «soldaderas». Olvidando momentáneamente su antagonismo, se vendían unas á otras lo que consideraban...

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