La sombra (BPG): 5

La SombraCapítulo II - La obsesión : 1 de Benito Pérez Galdós Por fin sofocamos el fuego con gran trabajo, impidiendo que se propagara la llama y nos consumiera a todos. La única víctima fue el infeliz animal, que, habiendo recibido en su piel el líquido hirviente, ardió como una mecha y pereció, según dijimos, con dolores espantosos. Igual suerte cupo a una buena parte del delantal de doña Mónica, donde abrió la llama un boquete, después de haberle quemado a la señora los dedos al tratar de apagarlo. El sabio no tuvo más serio percance que la total pérdida de un mechón de cabellos, que con inveterada tenacidad, más rebelde a la acción del tiempo que a la de la pomada, se adelantaba sobre su sien derecha. Por fin se apagó el incendio, y habiéndose marchado la vieja hecha un veneno a causa del percance, que atribuía a las brujerías del amo, y dolorida por el triste fin del micho, a quien apreciaba de corazón, el doctor continuó de esta manera: -Yo no...

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