La Regenta:XIV

La Regenta - Capítulo XIV de Leopoldo Alas Era el Espolón un paseo estrecho, sin árboles, abrigado de los vientos del Nordeste, que son los más fríos en Vetusta, por una muralla no muy alta, pero gruesa y bien conservada, a cuyos extremos ostentaban su arquitectura achaparrada sendas fuentes monumentales de piedra obscura, revelando su origen en el ablativo absoluto Rege Carolo III, grabado en medio de cada mole como por obra del agua resbalando por la caliza años y más años. Del otro lado limitaban el paseo largos bancos de piedra también; y no tenía el Espolón más adorno, ni atractivo, a no ser el sol, que, como lo hubiera toda la tarde, calentaba aquella muralla triste. Al abrigo de ella paseaban desde tiempo inmemorial los muchos clérigos que son principal ornamento de la antigua corte vetustense; por invierno de dos a cuatro o cinco de la tarde, y en verano poco antes de ponerse el sol hasta la noche. Era aquel un lugar, a más de abrigado, solitario y lo que...

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