La princesa y el granuja : 5

La princesa y el granuja : 5 de Benito Pérez Galdós Repuesto al cabo de su violenta emoción, el rapaz miró hacia el interior de la tienda, y vio a unas niñas y a dos o tres personas mayores hablando con el alemán. Una de las chicas sostenía en sus brazos a la dama de los pensamientos de Migajas. Hubiérase lanzado éste con ímpetu salvaje dentro del local; pero se detuvo, temeroso de que viendo su facha estrambótica, le adjudicaran una paliza o le entregasen a una pareja. Fijo en la puerta, consideraba los horrores de la trata de blancos, de aquella nefanda institución tirolesa, en la cual unos cuantos duros deciden la suerte de honradas criaturas, entregándolas a la destructora ferocidad de niños mal criados. ¡Ay! ¡Cuán miserable le parecía a Pacorrito la naturaleza humana! Los que habían comprado la señora salieron de la tienda y entraron en un coche de lujo. ¡Cómo...

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