La Primera República : 07

La Primera República Capítulo VII de Benito Pérez Galdós Tan rendido, tan agotado de fuerzas me dejó el ajetreo del 23, que no pude salir de casa hasta el segundo día. En la mañana de este, hallándome anegado en la cobranza de los atrasos que el sueño me debía, mi pobre cuerpo fue sacudido por una mano vigorosa. Desperté, y vi ante mí la imagen un tanto grotesca de mi amigo y algo pariente Telesforo del Portillo, más conocido por Sebo, el cual me atronó los oídos con estas estridentes palabras: «Levántate, hijo mío, y ven en ayuda de este hombre honrado que hoy es víctima de las envidias y malos quereres. Asómbrate y llénate de coraje. Acabo de recibir mi cesantía del puesto que desempeñaba en la Dirección de Penales». Ayudándome a salir del lecho y a vestirme, prosiguió así su matraca: «Ya sé que eres uña y carne de Pi y Margall... Lo sé por Fabiana, que es amiga de la lavandera de don Joaquín Pi Margall, hermano del don Francisco... No vengas...

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