La novela en el tranvía: 07

Capítulo VII 07 Pág. 07 de 07 La novela en el tranvía Benito Pérez Galdós Aún faltaba algún incidente que había de turbar más mi cabeza en aquel viaje fatal. Al pasar por la calle de Alcalá, entró un caballero con su señora: él quedó junto a mí. Era un hombre que parecía afectado de fuerte y reciente impresión, y hasta creí que alguna vez se llevó el pañuelo a los ojos para enjugar las invisibles lágrimas, que sin duda corrían bajo el cristal verde oscuro de sus descomunales antiparras. Al poco rato de estar allí, dijo en voz baja a la que parecía ser su mujer: -Pues hay sospechas de envenenamiento: no lo dudes. Me lo acaba de decir D. Mateo. ¡Desdichada mujer! -¡Qué horror! Ya me lo he figurado también -contestó su consorte-. ¿De tales cafres qué se podía esperar? -Juro no dejar piedra sobre piedra hasta averiguarlo. Yo, que era todo oídos, dije también en voz baja: -Sí señor; hubo envenenamiento. Me consta. -¿Cómo, usted sabe?...

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