La media naranja: 05

La media naranja de José Alcalá Galiano Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original. Publicado en la Revista de España: Tomo XI V. La Luna, ese astro romántico y melancólico que se pasea de noche solitario, tomando el sol por la inmensidad del cielo; ese satélite cortesano de la tierra, amigo de los poetas, protector de los amantes, lámpara de las ruinas y de los sepulcros; ese testigo nocturno, á quien los tristes y enamorados le cuentan sus cuitas y dirigen sus lamentos, que, dicho sea de paso, como tienen que atravesar, sesenta y siete mil leguas, no llegan á los oidos del astro, sordo por añadidura; la Luna, en fin, estaba comme un point sur un i sobre el pequeño y lindo jardin del palacio de nuestra amiga Clara de Monte Real. La noche estaba deliciosa; las estrellas brillaban sobre uno de esos nocturnos cielos madrileños de otoño que hacen meditar y que parecen dejar entrever, al través de su trasparencia, los misterios del Infinito....

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