La media naranja: 02

La media naranja de José Alcalá Galiano Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original. Publicado en la Revista de España: Tomo XI II. Por franca que sea la entrada en todas partes que tiene un novelista, hay una puerta ante la cual debe detenerse. Ante la puerta del tocador de una mujer. Los misterios eleusinos del tocador sólo el espejo debe saberlos: allí la mujer hace un paréntesis en su vida y en sus pensamientos, y todas las imágenes de su memoria se borran ante la que el azogado cristal ofrece á sus egoistas ojos. Dejémonos, pues, á Clara entregarse á si misma, y abandonando su elegante palacito de la calle de Tragineros, número (el lector puede averiguarle) — vámonos un momento al Café Suizo, pues nos interesa. Sentado en una mesa, tomando una botella de limonada gaseosa y fumando una excelente breva de Cabañas está Alfonso de Acuña. En el revés del sobre de una carta está escribiendo con un lápiz, y en la atención con que...

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