La lucha por la vida I: 033

V 033 Pág. 033 de 97 La lucha por la vida I Segunda parte Pío Baroja La taberna de la Blasa Las disputas frecuentes entre Leandro y su novia, la hija del Corretor, servían muy a menudo de comidilla a los inquilinos de la Corrala. Leandro era malhumorado y camorrista; se le despertaban los instintos brutales rápidamente; a pesar de que casi todos los sábados, por la noche, iba a las tabernas y cafetines dispuesto a armar broncas con matones y gente cruda, no le había sucedido hasta entonces ningún accidente desagradable. A su novia, en parte, le gustaba este valor; pero a la madre de la Milagros le producía verdadera indignación, y recomendaba a todas horas a su hija que diera a Leandro una despedida terminante. La muchacha despedía a su novio; pero luego, al verle volver humilde y dispuesto a aceptar toda condición, se mostraba menos rigurosa. Esta confianza en su fuerza hacía a la muchacha ser despótica, caprichosa y voluble; se divertía dando celos...

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