La historia de Valdemar Daae y de sus hijas

La historia de Valdemar Daae y de sus hijas de Hans Christian Andersen I Cuando acaricia el viento las altas yerbas, ondulan como las aguas de un lago; cuando se desliza sobre las mieses, se doblan y se levantan como las olas del mar. El viento canta y cuenta. ¡Plena y sonora es su voz! Y ¡cómo sabe variar el tono, ora pasando por la copa de los árboles, ora por las ventanas de un campanario, ora por las troneras de una muralla! ¿Le ves, allá arriba, impulsando las nubes que huyen como un rebaño de ovejas perseguidas por un animal carnicero? ¿No se diría el aullido del lobo? Óyelo silbar ahora por entre las rendijas de la puerta; ¿no se diría el sonido de la bocina? Helo ahora en la chimenea; ¡cuán extraña melodía la suya! Escucha con atención. Relata un triste romance. Y no te sorprenda, sabe miles y miles de historias. Oigamos su narración: ¡Hu-u-hud! ¡Paso y vuelo! Tal es el estribillo de su romance. II A orillas del gran Belt -dice el viento- se levanta...

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